La máquina de rendimiento autista fue una expresión acuñada por el filósofo coreanogermánico Byung-chul Han. En su libro La sociedad del cansancio dijo:
En el marco de la positivización general del mundo, tanto el ser humano como la sociedad se transforman en una máquina de rendimiento autista. También puede decirse que justamente el esfuerzo exagerado por maximizar el rendimiento elimina la negatividad porque esta ralentiza el proceso de aceleración. Si el ser humano fuese un ser de negatividad, la total positivización del mundo tendría un efecto no inofensivo. Según Hegel, precisamente la negatividad mantiene la existencia llena de vida.[1]
[1] Ibidem, página 58 y 59.
Federico Hegel no descubrió la unidad y lucha de contrarios. Al menos, dos centurias y media anteriores esto se planteaba en el taoísmo. Han no pudo prever la COVID-19 una década antes; había dicho que no serían las enfermedades infecciosas las predominantes, sino las neuronales como el déficit de atención con hiperactividad, el síndrome del desgate ocupacional, el trastorno límite de la personalidad y la depresión porque el ser humano en esta sociedad de consumo se autoexplota.
Del siquiátrico al gimnasio
Esta característica es imperceptible. Explica Byung-chul que se debe a que la violencia de la positividad es «saturativa» y exhaustiva.
La positividad provoca un exceso de enfermedades neuronales. El filósofo coreanogermánico lo describe como resultado de «una sobreabundancia de lo idéntico».
La sociedad actual es del rendimiento. Ya no es de la disciplina, como lo concebía su colega francés Michel Foucault porque antes señalaba Han se contaba:
De hospitales, psiquiátricos, cárceles, cuarteles y fábricas, ya no se corresponde con la sociedad de hoy en día. En su lugar se ha establecido desde hace tiempo otra completamente diferente, a saber: una sociedad de gimnasios, torres de oficinas, bancos, aviones, grandes centros comerciales y laboratorios genéticos.
Del Nicht-Dürfen al Yes, we can
La sociedad del rendimiento es Yes, we can. La antigua sociedad disciplinaria era Nicht-Dürfen, es decir, el rendimiento es sí puedes, y la disciplinaria, no puedes; de ahí es que Byung-chul establece la positividad en la actualidad, y la negatividad en el pasado.
De acuerdo con él, la negatividad genera locos y criminales. La positividad crea depresivos y fracasados.
Para el filósofo coreanogermánico «El sujeto de rendimiento es más rápido y más productivo que el de obediencia.» Aún así, como la dialéctica, el deber de la negativa equilibra la positividad del rendimiento estableciéndose un equilibrio entre deber y poder.
 
	    	 
    	 
		     
    