Desde un poco más de un siglo, la humanidad ha conocido dos regímenes socioeconómicos: el capitalismo y el socialismo. Cuando se constituyó la Unión Soviética, el socialismo se expandió por todos los continentes; en todos los casos por la única vía posible: por la insurrección revolucionaria, como fue Cuba en 1959, sin embargo, el colapso soviético se llevó al socialismo en el este de Europa, y en Latinoamericana conllevó a que la izquierda reflexionara sobre cuál debería ser el nuevo sendero de las ideas progresistas en el Foro de São Paulo.
Esta entidad se constituyó el 1 de julio de 1990. Actualmente aglutina 123 organizaciones políticas de 28 países de Latinoamérica y del Caribe, incluyendo territorios no independientes, de los cuales 9 son gobiernos y 29 partidos afiliados son partes de las coaliciones gubernamentales de sus respectivos países.
Desde la primera organización que conquistó el poder por una insurrección armada (el Movimiento 26 de Julio, hoy Partido Comunista de Cuba) hasta el ascenso al poder de Salvador Allende en Chile transcurrieron casi década y media que los destinos de un país no los conducía una organización izquierdista. La izquierda, agrupada en el Foro de São Paulo, ha llegado al gobierno por la vía electoral en 11 Estados.
Desde la formación regional se instalaron en la dirección del Estado en República Dominicana (1996), Venezuela (1999), Bolivia (2020), Nicaragua (2007), Argentina, México y Panamá (2019), Perú y Santa Lucía (2021), Honduras en este año y en Chile será el mes siguiente. Estos Estados no son Cuba. La izquierda gobernante tiene que entender que no se procede igual al llegar por la vía electoral que por una revolución armada.
Las insurrecciones populares se llevan de paso todo el ordenamiento jurídico del Estado anterior.
La vía electoral obliga al respeto de las respectivas constituciones y leyes, y estas han sido diseñadas para la reafirmación del sistema capitalista. El capitalismo tiene como expresión política el pluralismo. Los gobiernos de izquierda deben comprender que por la vía electoral no se ejerce la dictadura del proletariado, y que en las sociedades que gobiernan no puede existir un partido único, por tanto, no deben perseguir las demás organizaciones políticas de oposición. Las organizaciones políticas de oposición tienen el derecho a existir.
Esta es la clave de no confundir el ejercicio de gobierno de la izquierda por la vía electoral que en los regímenes que la izquierda ha alcanzado el poder por la vía revolucionaria, mencionemos China, Cuba o Corea del Norte.
La vía de llegar al poder en República Dominicana es la electoral. Por ese conducto, el Partido de la Liberación Dominicana ejerció el gobierno durante una veintena de años teniendo como su teoría oficial el boschismo, que recoge las ideas de completar la obra de los febreristas y los restauradores, de ser una alternativa a las prácticas conservadoras y de establecer un Estado social y democrático de derecho con una economía social de mercado.
Estos postulados, reafirmados en su declaración de principios, deben ser muy tomados en cuenta por quienes dentro del partido morado aspiran a la Presidencia de la República.
Gran Santo Domingo/Santiago de los Caballeros/Barahona/Piedra Blanca/Madrid/Barcelona/Nueva York/Milán
