El Imperio safawí enfrentó numerosos desafíos: mientras Rusia lo atacaba desde el norte y Afganistán desde el este, el sultán otomano Ahmed III, tras dos décadas en el poder, aprovechó esa situación para conquistar a los persas las ciudades de Gori, Ereván y Tabriz entre 1723 y 1725. De Bunes escribió que:
En Irán occidental en 1723 logran capturar Kermanchah, éxito que repetirán en 1724 en Harmadan. En 1727, aprovechando que se ha expulsado a la dinastía safawí del poder, al ser conquistada Ispahán por el afgano Achref Sha, se logra una paz que reconoce todas las conquistas realizadas en estas campañas. Esta paz será realmente breve y se debe explicar únicamente acudiendo a la propia situación interior de Persia. El líder de los Afçar, Nadir Kan, expulsa al soberano afgano y repone en el trono a Tahmasp II, un nuevo sha safawí, por lo que se pide a rusos y otomanos que abandonen los territorios persas (de Bunes Ibarra, 2015, pág. 199).
Por la pérdida de territorios persas Mahmud sustituye a Ahmed III en el poder
El sultanato de Ahmed III perdió los territorios persas. A esto se sumó la occidentalización del Imperio otomano, conocida como «La Era de los Tulipanes», junto con los altos impuestos que causaron una rebelión liderada por Patrona Halil, un exjenízaro albanés.
El 28 de setiembre de 1730, esta revuelta derrocó al sultán y colocó en el trono a su sobrino Mahmud. Al mes, el líder y muchos de los seguidores de la revuelta fueron ejecutados; esta fue una manera de consolidar el sultanato del nuevo soberano, y su inicio de gobierno, de acuerdo con de Bunes es que:
En 1731 se inician nuevas campañas militares contra Persia, como se ha referido anteriormente. Los persas irán reconquistando todas las posesiones que se habían concedido a los otomanos en la paz de Hamadan de 1727. La subida al poder de la nueva dinastía de los Afsar, en 1736, dando por terminada la historia de los Safawís, y los fracasos de las expediciones otomanas realizadas por la Puerta llevan a firmar un acuerdo en 1737, que fija la frontera entre los dos Estados en el río Araxe (de Bunes Ibarra, 2015, pág. 201).
Mahmud fija la frontera con el Imperio safávida
Actualmente, el río Aras continúa marcando la frontera entre Turquía e Irán, países que sucedieron a antiguos imperios. Así se recuperó la misma línea divisoria establecida entre ambos hace 88 años.
En este período habrá cambios climatológicos que afectaron a la población. Narró De Bunes que:
La movilidad de los ejércitos sobre todas las regiones balcánicas también depara que epidemias locales se conviertan en pandemias que afectan a grandes espacios, como es la peste, que es llevada de un lado a otro por las unidades militares; se pueden citar las epidemias de 1738 (de Bunes Ibarra, 2015, pág. 232).
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